Recientemente, un artículo de un boletín informativo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Gunma, Japón, informó que un hospital causó cianosis en varios recién nacidos debido a la contaminación del agua del grifo. El estudio sugiere que incluso el agua filtrada puede contaminarse accidentalmente y que los bebés son más propensos a desarrollar metahemoglobinemia.
Brote de metahemoglobinemia en una UCI neonatal y sala de maternidad
Diez recién nacidos en la unidad de cuidados intensivos neonatales y la sala de maternidad desarrollaron metahemoglobinemia como resultado de ser alimentados con fórmula formulada con agua del grifo contaminada. Las concentraciones de metahemoglobina variaron del 9,9% al 43,3%. Tres pacientes recibieron azul de metileno (flecha), que restaura la capacidad de transporte de oxígeno de la hemoglobina, y después de nueve horas, los 10 pacientes volvieron a la normalidad en promedio. La Figura B muestra un diagrama de la válvula dañada y su funcionamiento normal. La Figura C muestra la relación entre el suministro de agua potable y la tubería de circulación de la calefacción. El agua potable del hospital proviene de un pozo y pasa por un sistema de purificación y un filtro antibacteriano. La línea de circulación para la calefacción está separada del suministro de agua potable por una válvula de retención. La falla de la válvula de retención hace que el agua fluya de regreso desde la línea de circulación de la calefacción a la línea de suministro de agua potable.
El análisis del agua del grifo mostró un alto contenido de nitritos. Tras una investigación más exhaustiva, determinamos que el agua potable estaba contaminada debido a una falla en la válvula causada por el reflujo del sistema de calefacción del hospital. El agua del sistema de calefacción contiene conservantes (Figuras 1B y 1C). Si bien el agua del grifo utilizada en la formulación de fórmulas infantiles ha sido esterilizada mediante filtros para cumplir con las normas nacionales, estos no pueden eliminar los nitritos. De hecho, el agua del grifo de todo el hospital estaba contaminada, pero ninguno de los pacientes adultos desarrolló metahemoglobina.
En comparación con niños mayores y adultos, los bebés menores de 2 meses tienen mayor probabilidad de desarrollar metahemoglobinosis debido a que beben más agua por kilogramo de peso corporal y presentan una menor actividad de la NADH citocromo b5 reductasa, que convierte la metahemoglobina en hemoglobina. Además, el pH más alto en el estómago del bebé favorece la presencia de bacterias reductoras de nitrato en el tracto digestivo superior, que convierten el nitrato en nitrito.
Este caso demuestra que, incluso cuando la fórmula se prepara con agua debidamente filtrada, la metahemoglobina puede ser causada por contaminación accidental del agua. Además, este caso destaca que los bebés son más susceptibles a la metahemoglobina que los adultos. Reconocer estos factores es fundamental para identificar el origen de la metahemoglobina y limitar la extensión de su propagación.
Hora de publicación: 09-mar-2024




