El interferón es una señal secretada por el virus a sus descendientes para activar el sistema inmunitario y constituye una línea de defensa contra el virus. Los interferones de tipo I (como el alfa y el beta) se han estudiado durante décadas como fármacos antivirales. Sin embargo, los receptores de interferón de tipo I se expresan en muchos tejidos, por lo que su administración puede provocar fácilmente una reacción exagerada de la respuesta inmunitaria, lo que resulta en una serie de efectos secundarios. La diferencia radica en que los receptores de interferón de tipo III (λ) solo se expresan en tejidos epiteliales y ciertas células inmunitarias, como los pulmones, las vías respiratorias, el intestino y el hígado, donde actúa el nuevo coronavirus, por lo que el interferón λ presenta menos efectos secundarios. El PEG-λ se modifica con polietilenglicol a partir del interferón λ natural, y su tiempo de circulación en la sangre es significativamente mayor que el del interferón natural. Diversos estudios han demostrado que el PEG-λ tiene una actividad antiviral de amplio espectro.
Ya en abril de 2020, científicos del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos, del King's College de Londres del Reino Unido y de otras instituciones de investigación publicaron comentarios en J Exp Med recomendando estudios clínicos con interferón λ para tratar la COVID-19. Raymond T. Chung, director del Centro Hepatobiliar del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos), también anunció en mayo la realización de un ensayo clínico, iniciado por investigadores, para evaluar la eficacia del PEG-λ contra la COVID-19.
Dos ensayos clínicos de fase 2 han demostrado que el PEG-λ puede reducir significativamente la carga viral en pacientes con COVID-19 [5,6]. El 9 de febrero de 2023, el New England Journal of Medicine (NEJM) publicó los resultados de un ensayo de fase 3 de plataforma adaptativa denominado TOGETHER, dirigido por investigadores brasileños y canadienses, que evaluó en mayor profundidad el efecto terapéutico del PEG-λ en pacientes con COVID-19 [7].
Los pacientes ambulatorios con síntomas agudos de COVID-19 que acudieron al hospital dentro de los 7 días posteriores al inicio de los síntomas recibieron PEG-λ (inyección subcutánea única de 180 μg) o placebo (inyección única u oral). El criterio principal de valoración compuesto fue la hospitalización (o derivación a un hospital terciario) o la visita a urgencias por COVID-19 dentro de los 28 días posteriores a la aleatorización (observación > 6 horas).
El nuevo coronavirus ha estado mutando desde el brote. Por lo tanto, es especialmente importante determinar si el PEG-λ tiene un efecto curativo en las diferentes variantes del nuevo coronavirus. El equipo realizó análisis de subgrupos de las diferentes cepas del virus que infectaron a los pacientes en este ensayo, incluyendo Ómicron, Delta, Alfa y Gamma. Los resultados mostraron que el PEG-λ fue eficaz en todos los pacientes infectados con estas variantes, y su mayor eficacia en los pacientes infectados con Ómicron.
En cuanto a la carga viral, PEG-λ tuvo un efecto terapéutico más significativo en pacientes con una carga viral basal alta, mientras que no se observó ningún efecto terapéutico significativo en pacientes con una carga viral basal baja. Esta eficacia es casi igual a la de Paxlovid (Nematovir/Ritonavir) de Pfizer.
Cabe destacar que Paxlovid se administra por vía oral en 3 comprimidos dos veces al día durante 5 días. PEG-λ, por otro lado, solo requiere una única inyección subcutánea para lograr la misma eficacia que Paxlovid, por lo que presenta una mejor adherencia al tratamiento. Además de la adherencia al tratamiento, PEG-λ presenta otras ventajas sobre Paxlovid. Estudios han demostrado que Paxlovid es propenso a causar interacciones farmacológicas y afectar el metabolismo de otros fármacos. Las personas con una alta incidencia de COVID-19 grave, como los pacientes de edad avanzada y los pacientes con enfermedades crónicas, tienden a tomar medicamentos durante períodos prolongados, por lo que el riesgo de Paxlovid en estos grupos es significativamente mayor que el de PEG-λ.
Además, Paxlovid es un inhibidor que actúa sobre las proteasas virales. Si la proteasa viral muta, el fármaco podría resultar ineficaz. El PEG-λ mejora la eliminación de virus activando la inmunidad del propio organismo y no ataca ninguna estructura viral. Por lo tanto, incluso si el virus muta más en el futuro, se espera que el PEG-λ mantenga su eficacia.
Sin embargo, la FDA declaró que no autorizaría el uso de emergencia de PEG-λ, para gran decepción de los científicos que participaron en el estudio. Eiger afirma que esto podría deberse a que el estudio no contó con la participación de un centro de ensayos clínicos estadounidense y a que el ensayo fue iniciado y realizado por los investigadores, no por las compañías farmacéuticas. En consecuencia, PEG-λ requerirá una inversión considerable de dinero y más tiempo antes de poder lanzarse en Estados Unidos.
Como fármaco antiviral de amplio espectro, el PEG-λ no solo actúa sobre el nuevo coronavirus, sino que también puede mejorar la eliminación de otras infecciones virales. El PEG-λ tiene efectos potenciales sobre el virus de la influenza, el virus respiratorio sincitial y otros coronavirus. Algunos estudios también han sugerido que los fármacos con interferón λ, si se usan de forma temprana, pueden detener la infección del virus. Eleanor Fish, inmunóloga de la Universidad de Toronto (Canadá), quien no participó en el estudio TOGETHER, afirmó: «El principal uso de este tipo de interferón sería profiláctico, especialmente para proteger a las personas de alto riesgo de la infección durante los brotes».
Hora de publicación: 29 de julio de 2023





